El estrés es una función de las demandas que tenemos y de nuestra capacidad
para satisfacerlas. Incluso los niños muy pequeños tienen preocupaciones y sienten estrés en alguna medida.
Fuentes de estrés
Las presiones a menudo provienen de fuentes externas (como la familia, los amigos o la escuela), pero también pueden surgir de la persona. La presión que nos
imponemos puede ser muy significativa, porque a menudo hay una discrepancia
entre lo que creemos que debemos estar haciendo y lo que hacemos realmente
en nuestras vidas.
En los niños en edad preescolar, el hecho de separarse de sus padres puede
ocasionarles ansiedad. A medida que los niños crecen, las presiones académicas
y sociales pueden crear estrés.
Muchos niños están muy ocupados y no tienen tiempo para jugar de manera
creativa o relajarse después de la escuela. Es importante analizar maneras de ayudar a organizar el tiempo y las responsabilidades de los niños a fin de que no le generen tanta ansiedad.
El estrés de los niños no sólo puede aumentar por lo que sucede en su propia
vida. Los padres deben tener en cuenta la manera en que hablan sobre sus problemas cuando sus hijos están cerca, porque los niños reconocerán la ansiedad
de los padres y comenzarán a preocuparse.
¿Cómo pueden fomentar una autoestima sana?
Ponga atención en lo que usted dice. Los niños son muy sensibles a las palabras de los padres. Recuerde elogiar a su hijo no sólo por el trabajo bien hecho,
sino también por el esfuerzo.
Sea un modelo positivo.
Identifique y corrija las creencias erróneas del niño.
Sea espontáneo y afectuoso. Su amor puede ser enormemente importante para
estimular la autoestima
Cree en su casa un ambiente de seguridad y amor. Los niños que no se sienten
seguros o son víctimas de malos tratos en su hogar sufrirán inmensamente de
baja autoestima.
Ayude a los niños a participar en experiencias constructivas. Las actividades
que favorecen la cooperación en vez de la competencia son especialmente valiosas para fomentar la autoestima.
Cómo reducir el estrés.
El descanso adecuado yla nutrición correcta, pueden aumentar las habilidades para enfrentar las situaciones. LOS PADRES DEBEN PRACTICAR DEPORTE O ACTIVIDADES ACTIVAS CON LOS NIÑOS Y EL PROGRAMA SHC LO FACILITA
El sueño es una necesidad básica.
Tan importante como lo puede ser comer y beber, sin embargo a veces no se le da la importancia que realmente tiene. Durante el sueño se produce una recuperación tanto física (durante el sueño de ondas lentas) como cognitiva (durante el sueño REM). Además se eliminan residuos celulares y se produce la consolidación en la memoria de las experiencias vividas durante el día. De hecho, durante un día de estudio, los patrones de actividad eléctrica cerebral que se han producido para procesar la información se repiten de forma exacta durante el sueño. En otras palabras, cuando dormimos repetimos la información aprendida, por lo que dormir es como hacer un repaso de todo lo estudiado, lo cual redundará en unas huellas mnésicas mejor consolidadas.
En ocasiones los trastornos del sueño se producen por enfermedad psiquiátrica, pero la mayoría de las veces tienen su origen en una mala higiene del sueño. La higiene del sueño se refiere a las conductas que realizamos durante nuestro estado de vigilia y que tienen un impacto negativo en la calidad del sueño. Mediante unos sencillos cambios, el estudiante que sufre insomnio puede recuperar un funcionamiento normal en su descanso.
Los niños pequeños son cada vez más conscientes de su entorno; por lo tanto, las distracciones pueden perturbarlos a la hora de ir a dormir. Además, su
creciente imaginación puede comenzar a interrumpir su sueño. Ahora, más que
nunca, lo mejor que pueden hacer los padres para llevar al niño cómodamente a
la cama es establecer una rutina simple pero sistemática para la hora de dormir.
Los niños pequeños y el sueño
Usted es quien mejor puede determinar cuántas horas de sueño necesita su hijo.
La mayoría de los niños de entre 1 y 2 años necesitan de 10 a 13 horas de sueño
por día. De usted depende que duerma todas esas horas por la noche o divididas
entre el sueño nocturno y siestas durante el día.
Algunos padres descubren que sus hijos necesitan dormir algo durante el día.
Otros descubren que la siesta interfiere con el buen sueño nocturno. Si éste es su
caso, es posible que desee combinar dos breves siestas en una o eliminar totalmente las siestas. No hay problema; los niños no necesitan dormir siesta todos
los días.